La victoria contundente en número de votos de Jaume Bartumeu y su coalición de socialdemócratas e independientes se agria levemente con el número de escaños logrados, 14, a sólo uno de la mayoría absoluta y de la tranquilidad para poder aplicar el programa electoral sin problemas. No obstante, en Andorra se respira un aire de cambio interpretado como la incorporación del principado a la modernidad política.
Por primera vez desde las primeras elecciones posteriores a la aprobación de la Constitución en 1993 no gobernarán los liberales. Es la hora del cambio y también de la política con mayúsculas, porque los resultados obligarán a muchos pactos y mucho diálogo.
Esta es la primera lectura de los resultados. Por eso, el encuentro casual de Bartumeu con el candidato de Coalició Reformista (CR, liberal), Joan Gabriel, la noche electoral en la sede del Govern – un saludo, afable, con abrazo incluido-se interpreta como el preámbulo de un gran acuerdo que incorpore a Andorra a la normalidad fiscal internacional y a la cooperación con Europa.
El ganador reiteró ayer su intención de propiciar un gran pacto de Estado que cumpla el compromiso adquirido por la declaración de París – que regulará el secreto bancario-y las bases para negociar un convenio de doble imposición con España y Francia, además de un acuerdo de asociación con la Unión Europea.
La segunda gran propuesta, que Bartumeu comparó con los pactos de la Moncloa, es la de debatir con las fuerzas políticas, económicas y sociales medidas contra la crisis y que ayuden a la transformación del modelo económico andorrano.
Con todo, Bartumeu necesita un voto para ser investido cap de govern. Por elloofrece, sin concretarlo, un pacto de legislatura a la principal fuerza opositora, la liberal Coalición Reformista, ya que la Constitución no prevé la solución de un posible empate en una votación de este tipo. Joan Gabriel se ha mostrado partidario de “no entorpecer” la elección de Bartumeu y ha ofrecido diálogo y voluntad de consenso en los grandes temas de Estado.
Otras voces de indiscutible prestigio entre los liberales como Marc Forné, ex cap de govern, y Albert Pintat, cap de govern en funciones, recomendaron un gran pacto PS-CR. Para Forné, los resultados dibujan dos Andorras electoralmente hablando. Los liberales de CR prefieren llegar a acuerdos con su adversario tradicional – Bartumeu era la quinta vez que se presentaba-antes que con Eusebi Nomen y su Andorra pel Canvi (ApC), una escisión por su derecha. Y es que ApC es el resultado de las luchas intestinas entre las familias liberales y conservadoras de Andorra. Pero Nomen declaró anteanoche “que todo está abierto”. Esta nueva formación ha dividido el voto territorial de la derecha andorrana en beneficio del PS. El caso más ilustrativo es Ordino, un feudo liberal que ayer se levantó de centroizquierda.